
Gran parte del país anda estos días consultando las aplicaciones del tiempo de forma constante para saber qué tiempo tendrán en sus vacaciones, si podrán salir las procesiones, si la cosecha corre peligro, qué energía generarán molinos y placas solares o si se puede navegar o, simplemente, si podrán tender la ropa. Las herramientas actuales fundamentan sus predicciones en miles de datos de centenares de fuentes que tardan horas e incluso días en recopilar y procesar mediante el uso de supercomputadoras. Aun así, un pronóstico de más de tres días mantiene un alto grado de incertidumbre. Un nuevo sistema, denominado Aardvark Weather y desarrollado a partir de inteligencia artificial y modelos de aprendizaje basados en ochenta años de datos físicos, “es miles de veces más rápido y preciso que todos los métodos de predicción meteorológica anteriores”, según Richard Turner, del Departamento de Ingeniería de Cambridge y autor principal de la investigación que publica Nature.
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