
Los problemas reales provocados por el uso de móviles en adolescentes siguen siendo un gran misterio para la ciencia hoy. El debate entre académicos sobre los beneficios posibles y los daños exagerados no tiene un ganador definitivo. Mientras, los jóvenes siguen usando los dispositivos tanto como pueden. Dos investigadores proponen en un nuevo artículo científico una solución de mínimos, pero polémica: tomar los baremos del consumo de alcohol para definir cuándo empezar a ver si hay un problema.
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